Asociacionismo

El asociacionismo está muy VIVO

La estimulante historia dels Empresaris Veterinaris de les Illes Balears

A montar mi propio centro veterinario me encontré con multitud de problemas legales, muchas preguntas sin respuesta y respuestas contradictorias que recibía de distintas administraciones. Nos afectaba multitud de normativas pero no estaban adaptadas a la realidad de mi empresa. Era incluso difícil obtener la licencia de actividades: no se ponían de acuerdo si es una actividad sanitaria, comercial o de agricultura.

Teníamos un colegio profesional que desconoce los problemas propios de las empresas simplemente porque durante tiempo lo han conformado en su inmensa mayoría funcionarios de Sanidad o de Agricultura.

Además, en las últimas dos décadas ha crecido el número de clínicas veterinarias sin desarrollarse una legislación específica para un sector que, poco a poco, ha ido girando del veterinario de campo al veterinario clínico del animal de compañía. Hoy el 80% de los veterinarios colegiado en Baleares nos dedicamos en exclusividad a esta nueva especialización, con la particularidad que este trabajo se desarrolla en su totalidad en empresas privadas.

.. . Y DECIDIMOS ASOCIARNOS

Hablando sobre estos problemas con los compañeros de profesión llegamos a la conclusión que debíamos empezar a alzar la voz y transmitir nuestros problemas más allá del ”petit comité” en torno a un café o a una cerveza. ”De tanto quejarme tomando cafés con colegas me he convertido en cafeinómano”, me llegó a decir un compañero. Así que decidimos formar una asociación y mi socio, que conocía otros sectores del mundo empresarial, nos propuso montar una patronal y asociamos a CAEB porque él veía que nuestros problemas no eran muy distintos del resto del mundo empresarial. ¡Y cuánta razón tenia!

Dicho y hecho. Nos acercamos a CAEB, planteamos el tema y desde entonces se nos abrió un mundo aparte, totalmente desconocido para nosotros. Se nos entregó un modelo para empezar redactar nuestros estatutos y se nos dio mucho apoyo para poder llegar a ponerlo en práctica. Pau Mora se transformó en un verdadero padrino para nosotros que nos ayudó en todo momento.

En mayo de 2012 conseguimos firmar los estatutos de EMVETIB (Empresaris Veterinaris de les Illes Balears) con cuatro 50 socios fundadores: un inglés, un medio polaco, una rumana y un mallorquín. Aunque parece un chiste malo, poco a poco la asociación empezó a andar y en el primer año conseguimos reunir catorce socios.

EL PRIMER AÑO

El camino ha sido complicado y ahora, mirando atrás, probablemente el primer año fue el más duro. Nadie sabía muy bien cómo plantear las cosas ni qué puertas tocar. Además, al inicio se creó un ambiente de desconfianza y rechazo a la nueva asociación con ataques feos, sobre todo por parte de algunos compañeros que pertenecían a la junta del COVIB o que estaban muy bien instalados en su rutina y no veían con buenos ojos cambiar las cosas. El proyecto estuvo a punto de desaparecer y, de hecho, de los pocos que éramos algunos se marcharon, incluso uno de los fundadores.

Pero los que quedamos estábamos convencidos de la necesidad del proyecto y decidimos continuar sea lo que sea y dijeran lo que dijeran sobre nosotros. En aquellos momentos tan complicados nos fueron de gran ayuda los consejos que recibimos desde CAEB y el hecho de haber compartido nuestros problemas con gente experimentada nos condujo a encontrar soluciones viables. Casi cuatro años después, el proyecto está más vivo que nunca y en expansión. Ya somos más de 40 socios repartidos en las cuatro islas y subiendo. Lo bueno es que algunos de los desconfiados del inicio vuelven a asociarse y reconocen que no consiguieron entender por entonces de que servía todo esto.

Intentamos imaginar cómo querríamos que fuera nuestro entorno a medio—largo plazo. Nuestros principales problemas son similares al resto de sectores: competencia desleal, intrusismo, ausencia de la formación específica del personal técnico, escasa formación empresarial y sobre todo una inseguridad jurídica importante, con el agravante de que está prácticamente todo por construir, empezando por definir claramente qué tipo de actividad desarrollamos, de sanidad o de agricultura porque, en teoría, pertenecemos a la Dirección General de Ganadería pero nos afecta toda la legislación de Sanidad.

Descubrimos que la asociación que montamos en Baleares era la primera patronal de clínicas veterinarias de toda España y desde otras comunidades empezaron a interesarse por nuestro proyecto. La crisis económica empezaba afectar de manera muy aguda a los centros veterinarios sobre todo después de la fuerte subida del IVA de 8 a 21% en los servicios veterinarios prestados a los animales de compañía, mientras que el resto de los servicios veterinarios seguían con un tipo impositivo reducido aguantando, más o menos, la crisis. Esto fue el detonante para que los veterinarios clínicos empezaran a despertar y a prestar más atención a la gestión de sus empresas. Empezaron a pedirnos consejos y ayuda para flmdar otras patronales. De esta manera, se empezó sembrar la semilla de una confederación nacional que nació en Zaragoza en noviembre de 2014 con cinco patronales fundadoras: Asturias, Alicante, Baleares, Jaén y Málaga, liderando el proyecto nosotros desde Baleares. Esto ha ido calando cada vez más y ahora CEVE (Confederación Empresarial Veterinaria Española) tiene 12 provincias asociadas, con casi medio millar de empresas asociadas, y esperamos que este año se unan 6 provincias más.

Viniendo de una profesión muy técnica con muy escasa formación empresarial, tuvimos que aprender a marchas forzadas. Debíamos ender&ar el rumbo de este barco a la deriva que estaba en nuestras manos y tener claro hacia dónde nos dirigiamos para poder cumplir nuestros objetivos.

Las reuniones en tomo al café se transformaron en reuniones vía Skype y en poco tiempo desarrollamos un googlegoup para los socios de cada patronal provincial y otro para las juntas de todas las patronales provinciales. Estas herramientas son fantásticas para debatir y aportar ideas, y las usamos cada vez que tenemos que redactar algún proyecto, alegaciones a ciertas normativas o para res soluciones. Este foro ha ayudado muchísimo a que la llama se expanda y, a día de hoy, tiene alrededor de 600 participantes.

La comunicación es fundamental. Si las asociaciones no comunicamos bien se estanca el crecimiento de la organización, y si no crecemos y no creamos proyectos que nos financien no tendremos recursos para nuevos proyectos.